Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII)
Algunos de los objetivos nutricionales a trabajar:
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Saber aplicar dietas: de fácil digestión, baja en fibra, baja en residuo, baja-moderada en grasas, etc.
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Identificar qué alimentos son los que nos sientan peor y por qué.
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Conocer estrategias para disminuir la sintomatología digestiva que pueda provocar.
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Adecuar los menús en función de si estamos en remisión o en brote.
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Planificar menús saludables.
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Resolver cualquier duda que pueda surgir.
¿Qué es la Enfermedad Inflamatoria Intestinal?
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) incluye un grupo de entidades clínicas, de base inmunológica, que se caracterizan por ser procesos inflamatorios crónicos que cursan con brotes y períodos de remisión, y que afectan principalmente al tracto gastrointestinal de diferentes formas y localizaciones según el tipo de EII, aunque también pueden presentar manifestaciones extraintestinales.
Entre ellas se encuentran la enfermedad de Crohn, la Colitis Ulcerosa, la Colitis Microscópica, la Colitis Inclasificada y la Reservoritis.
La suplementación puede ser necesaria en algunos pacientes con EII en función de los déficits de minerales o vitaminas que se observen en las analíticas.
Existe una alta prevalencia de malnutrición en los pacientes con EII, afectando al 50-70% de los pacientes con enfermedad de Crohn y al 18-62% de la Colitis Ulcerosa, lo que es destacable, ya que la desnutrición relacionada con la enfermedad empeora el pronóstico de la misma debido a que altera la función del sistema inmune, retrasa la curación de las mucosas y disminuye la funcionalidad del paciente.
La alimentación dependerá de si la persona está en brote (o de la intensidad del brote) o en remisión. En remisión, la dieta debe ser normal y equilibrada.
En caso de brote, se puede optar por diferentes dietas:
- Dieta blanda o de protección gástrica
- Dieta de fácil digestión
- Dieta baja en fibra
- Dieta baja en residuo
- Dieta baja-moderada en grasas
- Dieta baja en oxalatos
- Dieta baja en FODMAPs